La presión que tiene un niño de tres años al no
controlar esfínteres se ve con frecuencia y se considera como un atraso en el
desarrollo, de hecho sus padres suelen ser aconsejados o reprochados por sus
familiares, amigos, o el colegio donde estudie su hijo (que a veces no aceptan
niños que no controlan esfínteres a los
tres años) y son las fuentes de criticas mas habituales.
Antes
de ceder a esta presión y sacarle los pañales sin más, hay que tener claro que
el control de esfínteres es en algún sentido como aprender a caminar, no solo
se trata de estimularlo y tener buenas intenciones para enseñarlo. Sino que
implica un alto grado de maduración biológica que no se da al mismo tiempo en
todos los niños y niñas. Es importante consultar a un pediatra y escuchar sus
consejos ya que los profesionales saben acompañar la individualidad de cada
niño en este proceso y también puede asesorar a los padres sobre estas cuestiones.
En mi
experiencia como docente, he visto casos de niños que los padres se empeñan en
quitarles el pañal sin hacerles un proceso calmado y suele costarles bastante,
lo que los hace frustrar y enojar con los niños, llegando incluso a sembrar en
los pequeños sentimientos de culpabilidad, lo cual empeora todo. En otros
casos, también he notado que un niño controla esfínteres y comienza a usar el
baño con normalidad, pero le ocurre algo que le cause algún temor o tiene una
experiencia fuerte, y este proceso debe comenzar de nuevo, ya que se orina en
la cama o en su ropa. Por eso debemos ser pacientes y consultar a un especialista
si se considera necesario.
Lic. Gladiz Arciniegas
Docente Titular de Preescolar “A”
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