El hábito de chuparse el dedo suele hacer que los niños
se sientan seguros y tranquilos. Pueden tener preferencia de chupar el dedo pulgar o los dedos medio e índice;
acostumbran a hacerlo en los momentos que se sienten cansados, hambrientos,
aburridos o cuando están tratando de calmarse o dormir. En ocasiones
acostumbran tener también un trapo, colcha, juguete u otro objeto cerca. Los especialistas
dicen que se recomienda que los niños dejen esa costumbre antes de que les salgan
los dientes permanentes ya que cuando chupan con fuerza, la fricción podría deforma
la encía y les puede causar enfermedades infecciosas en la garganta, nariz y oído;
incluso causarles dificultades en el lenguaje.
En mi experiencia como madre, logré que mi hijo dejara
de chupar dedo a los cinco años y medio, fue difícil, pero su papá y yo le
hablamos mucho, le dábamos premios y tratábamos de distraerlo de esa conducta. En
la escuela donde estaba a veces sus compañeros les hacían bromas al respecto y
eso hizo también que sintiera pena por ese comportamiento. Sin embargo
considero que no es aconsejable regañarlos o hacerles broma al respecto ya que
eso puede causarles conflictos emocionales de otro tipo, solo hay que estar
pendientes y motivarlos a que hagan otras actividades que los distraiga de esa
conducta.
Lic. Gladiz Arciniegas
Docente Titular de Preescolar “A”
No hay comentarios:
Publicar un comentario