En mis
años de labor docente he ido explorando diferentes aspectos que me gustan mucho.
Pero entre la diversidad de mis funciones me he dado cuenta que lo que más me
agrada es: Cuando creo un área de Desarrollo Próximo. Es decir el poder del Descubrimiento en la
enseñanza. Cuando motivamos el descubrimiento en los niños también propiciamos
la exploración, el interés y la
experimentación; además los ayudamos a generar conexiones sinápticas que reestructuran su esquema cognitivo.
Recuerdo
en alguna ocasión, le enseñe a un niño a jugar el juego de Dominó, a él le
gusto mucho y comenzó a demostrar destreza en la estrategia, pero además se dio
cuenta de que podía usar las fichas para armar series; también comenzó a hablar
y hacer preguntas sobre los animales que veía en las fichas (ya que era un
dominó de animales salvajes), los clasificó y enumeró. Luego me dijo que quería
armar torres y con cuidado intentó colocar las piezas formando cuadrados
superpuestos… Luego de toda esa experiencia, además de que le enseñe a jugar
Dominó, reforzó diversas habilidades
metacognitivas básicas que nos demuestran la riqueza que se puede encontrar en
cada estrategia que apliquemos en el aula y cómo los aprendizajes están
continuamente entrelazados. Por eso cada vez que noto que desperté esa chispa
de curiosidad y deducción en mis alumnos, siento que voy por buen camino.
Lic. Oriana Salamanca
Docente de Aula Integrada
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